... Voy a contar una anécdota de mi vida. En una ocasión cuando era joven o más joven que hoy, con 13 años, paseando por la calle, en un escaparate, llamo mi atención un libro, con una portada muy bonita, azul con bordes dorados... Observé el precio que comparándolo con el tamaño me pareció fabuloso. ¡OH, que ganga... pero que pedazo de libro y tan barato!, (ya estaba descolorido de llevar varios años detrás del cristal del escaparate) y sin dudarlo lo compré. Mi primera decepción fué al abrirlo y ver que no tenía dibujos por dentro, encima, era grande, inmenso y por si fuera poco tenía las letras pequeñísimas, ¡maldita sea mi mala estampa!... ya qué iba a hacer, para aprovechar el dinero gastado y siempre pensando en sacarle rentabilidad a la compra, tenía que leerlo. El primer libro que he leído entero en mi vida... Tarde un año en leer ese mamotreto. Por supuesto cuando terminé de leerlo no me había enterado de nada. Pero eso si, yo estaba muy contento, había amortizado el dinero que me había gastado...
... Muuuu...chos años después me veo aquí, en la bolsa arriesgando una fortuna y no me tiembla el dedo a la hora de pulsar intro para dar una orden de compra o venta de valores... ¡Por Dios pero que imbécil y prepotente se vuelve uno con los años!... Chauuuu
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