jueves, 9 de junio de 2011

La otra crisis (Epílogo)...

Tal vez haya dejado algún fleco suelto en la trilogía, así que con estas breves palabras quiero cerrar todo cuanto quedó dicho.

Efectivamente, las tropelías y que empresarios y vendedores poco honrados cometieron hasta 2007, han constituido una purga bastante más beneficiosa de lo que pueda aparentar la situación. Sin embargo, a poco que se está volviendo a levantar la economía, y se ve algo más de actividad, parece ser que la supuesta parte ancha de la cuerda está volviendo a hacer de las suyas y a cobrar por lo que nos tratan de vender lo que efectivamente no vale.

Mi respuesta ante esto es contundente: la parte ancha de la cuerda es el comprador. El comprador es el que decide comprar un bien A o un bien B, en un sitio alfa o en un sitio beta, o puede decidir ahorrarlo o meterle fuego si no está muy bien de la cabeza. Si objetivamente, parece que hemos de regalarles el dinero por el mero hecho de adquirir algo en propiedad, o arrendar un servicio, en lo que a nosotros respecta debe ser más conveniente que se ahorre ese dinero o se gaste en la medida en que se den las objetividades y objetivos ya aducidos. Si antes o después, con este tipo de determinaciones, no ceden de la subjetividad y el ánimo de lucro excesivo que les nubla a la objetividad deseada en cuanto al trato que ha de dispensarse al comprador, pues se tendrán que comer las patas como los pulpos.

No os dejéis avasallar por los crápulas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario