domingo, 19 de junio de 2011

FUERZAS EMOCIONALES... 7ª Parte...

Cuando la persona está ocupada en una actividad que capta y retiene su atención sin esfuerzo, su cerebro se “tranquiliza” en el sentido de que se produce una disminución de la excitación cortical. Ese descubrimiento es notable, teniendo en cuenta que el estado de flujo permite a la persona emprender las tareas más desafiantes en un campo determinado, ya sea jugar contra un maestro de ajedrez, resolver un problema matemático complejo u operar en mercados con altísimos niveles de incertidumbre y volatilidad. Se supone que estas tareas desafiantes exigirían más actividad cortical, no menos.

Pero una clave del estado de flujo es que se produce sólo cuando la capacidad está en su apogeo, las habilidades están bien ensayadas y los circuitos nerviosos son absolutamente eficientes. Una concentración esforzada - alimentada por la preocupación- produce un aumento de la activación cortical. Pero la zona del estado de flujo y del desempeño óptimo parece ser un oasis de la eficiencia cortical, con un gasto mínimo de energía mental.

Esto tiene sentido, tal vez, en función de la practica especializada que permite a la persona alcanzar el estado de flujo: haber dominado los pasos de una tarea, ya sea una actividad física como el alpinismo o una actividad mental como la programación de ordenadores, o el análisis técnico de los mercados, el recuento de ondas, la utilización de sistemas de especulación, etc., significa que el cerebro puede ser mas eficiente para realizarlas. Los movimientos bien practicados exigen mucho menos esfuerzo cerebral que aquellos que simplemente se aprenden, o que aquellos que aún resultan demasiado difíciles.

Asimismo, cuando el cerebro trabaja menos eficazmente debido a la fatiga o a los nervios, como ocurre al final de un largo día de tensión, la precisión del esfuerzo cortical queda desdibujada y quedan activadas demasiadas áreas superfluas: un estado nervioso experimentado como algo sumamente confuso.

Lo mismo ocurre con el aburrimiento. Pero cuando el cerebro funciona en su punto óptimo de eficiencia, como en el estado de flujo, existe una relación precisa entre las zonas activas y las exigencias de la tarea. En este estado, incluso el trabajo difícil puede resultar refrescante o reparador en lugar de agotador... "CONTINUARA"

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