... Llegados a este punto, no puedo quejarme de la aceptación que han tenido las dos entradas anteriores. Tanto es así, que me han encargado hacer una tercera parte, con la sugerencia de que escribiese algo acerca de medidas contra la crisis. Así pues, he optado por recoger el testigo, pero dentro de la materia, voy a optar por llevármelo "a mi terreno".
Efectivamente, querid@s lectores/as, voy a hablar acerca de medidas para combatir la crisis, pero me voy a referir expresamente al ámbito familiar, por unas cuestiones de formalidad y utilidad. Digo esto en el sentido de que, tal y como está el modelo, nos quieren sacar de la crisis (los gobiernos, los bancos...) a base de que fomentemos el consumo. Esto supone seguir abundando en el camino que nos ha llevado a la crisis, el consumo frenético y desmedido. En cuestiones económicas, no podemos apagar el fuego con más fuego: endeudarse sobre las deudas es poco menos que firmar tu propia sentencia de muerte. Precisamente, porque soy contrario a "consumir", a lo que nos animaba ZP durante las elecciones de 2008, y porque a mí no me da la gana de que sigan escondiendo dinero en paraísos fiscales, mientras reducen a las familias españolas a la miseria, voy a dar algunas pautas para el ámbito familiar, que al fin y al cabo, somos las personas normales y corrientes las que todos los días levantamos este mundo.
* NUNCA contratar un "préstamo rápido" de estos de ponerte 3.000 ó 6.000 euros al momento. Estos préstamos tienen unos intereses desorbitados, y han reducido a la miseria a muchas familias españolas. De hecho, en algún programa radiofónico han salido personas contando sus dramáticas situaciones por causa de éstos préstamos. Algunos, incluso llegando a perder la vivienda. Es mejor incluso pasar hambre hoy que perder la posibilidad de comer en mucho tiempo.
* AHORRANDO POR LA CASA:
para ésto, me remito a cualquier guía de las que circulan por la Internet. Hagan su propio compendio y aplíquense el parche.
* NO vendan su oro. El "compro oro" que todos tenemos en la calle de al lado o dos calles más allá se aprovecha de las desgracias ajenas para saquearnos vilmente. No merece la pena deshacernos del recuerdo de un familiar difunto ni de la alianza de boda por un puñado de euros. Esto no es una obra de caridad ni mucho menos. Los aborrezco con toda mi alma.
* IMPRESORAS: muy pocos son los que rellenan los cartuchos con tinta compatible. Yo voy más allá: para darles más uso, cuando den síntomas de estar gastados, introduzca en el cartucho negro 3 ml. de alcohol con
una jeringuilla de la farmacia, y en el de color 1ml por color. al menos, 30-40 hojas más podremos imprimir, y el precio del alcohol es muy barato. Obviamente, saldrán ligeramente más claras, pero merece la pena. El alcohol es un líquido sin impurezas, no hay peligro para la impresora (jamás usen tinta china para recargar).
* COMIDA: reintroduzcan más legumbres en la comida, y las ollas de guiso hasta arriba, que puedan durar 2 ó 3 días (seguidos o espaciados).
PERSPECTIVA DE MERCADO.
Por todos es sabido que el mercado funciona por el juego que dan la oferta y la demanda. Cuanto mayor sea la demanda, mayor será la cantidad de bienes que se oferten, y mayor será el precio pedido por el bien o servicio en cuestión. Al revés, con la disminución de la oferta. Los precios son altos, y quienes consumimos somos las familias. Si queremos que los precios bajen, no hay más remedio que usar los bienes de manera racional y consumir lo menos posible. Además del ahorro familiar, si se hace de manera generalizada, al menos en algo, contribuirá a la bajada de precios (piensen dónde estaban los pisos y dónde están ahora).
Puestos a consumir -porque hay que consumir-, APUESTE POR LO AUTÓCTONO: trate de circunscribirse al ámbito más concreto posible. Apueste por el garbanzo castellano, el tomate de Almería, los vehículos que se fabriquen en España, o el aceite de oliva de la cooperativa de su localidad, o más próxima. Esto es una cuestión de ética: si para producir hay que emplear factor trabajo, vamos a consumir productos de la tierra, para generar empleo aquí, no vamos a caer en darle más trabajo a los chinos. Se me puede acusar de proteccionista, y hasta cierto punto lo soy, pero en muchos aspectos, aquí sabemos producir cosas sin tener por qué envidiar nada a otros países.
En el campo del sonido, al cual soy bastante aficionado, tengo un amplificador VIETA de los primeros '80, que sonoramente, no tiene nada que envidiarle, y se escucha mucho mejor que un Kenwood japonés. Y VIETA ha sido una marca española, que al menos antes fabricaba sus productos en Barcelona. Con la deslocalización masiva de la última década, no sé que habrá sido de sus fábricas, sinceramente.Sabemos hacer las cosas bien, pero tenemos una especie de complejo absurdo que nos hace pensar que si algo es del extranjero -de según que países, claro- forzosamente será mejor que lo nacional. No tiene nada que ver, dentro y fuera se hacen chapuzas por igual, lo mismo que bienes que merezcan la pena.
No es el momento de apostar por las mejoras tecnológicas: En cuestiones de informática y telefonía móvil, últimamente apenas se está avanzando. Es por esto que, ante la necesidad imperante de optimizar la economía familiar, nos toca discernir entre aquellas inversiones que nos puedan llevar a un saneamiento de nuestras economías familiares, de aquella otras que no harán sino desfavorecerlas. Conserve su televisor de tubo, su DVD, no tire nunca ese aparato de hi-fi de los últimos '70 si lo tuviera.
Precisamente, hablando de ese aparato hi-fi de los '70, me viene a la mente la obsolescencia programada. "antes las cosas se hacían para que durasen". Eso es algo que reconocen los comerciantes que están próximos a la jubilación o liquidando la tienda de electrodomésticos. Y es una gran verdad. Ahora, cuando los talleres están en China, se produce en condiciones de semiesclavitud, se recorta en materiales (y en seguridad laboral, derechos del trabajador...), el producto resultante, aunque técnicamente más completo y eficiente que el de hace 25 ó 30 años, no está hecho para durar como uno antiguo. Ahora, la electrónica de consumo está preparada para aguantar el tiempo de la garantía y poco más (aunque algunos no llegan ni a eso). ¿Con qué objetivo? Que estemos reemplazando todos los aparatos del hogar con cierta frecuencia, y que cuando no sea la televisión, sea el DVD-blu-ray, el reproductor de mp4, la lavadora (con los nuevos programas automáticos), la vitrocerámica táctil... Todo vale, con tal de conseguir que tengamos siempre la cartera abierta echando billetes. Estos aparatos, con 20 y tantos años a sus espaldas, aún están en condiciones de durar más que otros aparatos recién comprados. Entre lo que se ahorran en trabajo y materias, y el sablazo que nos pegan por tener que comprar otro aparatos sustituto antes de tiempo, estamos dando lugar a que unos pocos directivos se froten las manos a cuenta de familias modestas, normales y corrientes, que tienen que trabajar para poder llevar una vida digna. Otros, con el rendimiento de los capitales que acumulan, van sobrados.
Por supuesto, el mejor consejo para el ahorro en el hogar es simple: traten de ser autodidactos. Nadie nace enseñado, es verdad, pero eso no significa que uno no pueda aprender rápidamente a solventar los problemas menores del hogar. Así, cambiar la cisterna que gotea, cambiar el grifo, reemplazar el mando churruscado de una vitrocerámica, cambiar un enchufe, quitar o poner lámparas, cambie bisagras o regule el eje de las puertas usted mismo. Puede hacerlo sin un fontanero, sin un electricista y sin el vecino manitas: ¡Séalo usted mismo!
Qué gran verdad soltó Platón cuando vino a decir que el conocimiento estaba en nosotros. Tenemos las brasas candentes, pongámonos a atizarlas, pongamos más leña, y hagamos [re]surgir la llama.
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