viernes, 25 de marzo de 2011

FUKUSHIMA...

Las lesiones por radiación de tres trabajadores en la planta nuclear japonesa de Fukushima han puesto la atención una vez más sobre los hombres anónimos que arriesgan sus vidas para impedir que una catástrofe mayor llegue a sus compatriotas.

Llamados en un primer momento "Los 50 de Fukushima", su número se ha incrementado ahora a más de 700 empleados que se afanan en las instalaciones de la costa noreste japonesa que se vieron afectado el 11 de marzo por un terremoto y un tsunami.

Agasajados por los medios extranjeros y las redes sociales, los hombres se han ganado también la admiración más sosegada de los japoneses.

"Su empleo era en este tipo de puesto de trabajo, y creo que siempre supieron que éste podría ser su destino, que en algún momento podrían tener que lidiar con este tipo de cosas", dijo Yasuchika Honda, un ejecutivo de publicidad en Tokio de 27 años.

"Lo están intentando con gran dificultad y estoy muy agradecido", añadió.

Tres trabajadores que estaban sustituyendo un cable en la planta, gestionada por Tokyo Electric Power (TEPCO), se vieron expuestos a una radiación 10.000 veces superior a lo esperado cuando se metieron esta semana en agua contaminada. Aunque dotados con trajes protectores, resultó que dos de ellos tenían botas demasiado cortas para evitar que les entrara agua.

En una inusual mirada a las condiciones de trabajo en los reactores, las fotos difundidas dos semanas después de iniciarse la crisis mostraron unas figuras en sombra trabajando prácticamente a oscuras para restaurar la energía y los sistemas de refrigeración, iluminados con unas luces débiles.

"Son todos auténticos samuráis", dijo un admirador en una página en Facebook dedicada a los trabajadores de Fukushima y que contenía mensajes principalmente de fuera de Japón.

"Recemos porque volváis, sanos y salvos, a vuestras casas. Que Dios os ayude en cada minuto en que estáis aún luchando desesperadamente por vuestro país y vuestro pueblo. Gracias, Fukushima 50", comentó otra persona en Facebook.

"COMO UNA GUERRA"

La única aparición pública de alguien que haya estado en el interior de la planta fue una rueda de prensa de bomberos a principios de esta semana. Lloraron aliviados y hablaron de su compromiso con sus obligaciones.

La mayor parte de los trabajadores están demasiado ocupados para irse a casa.

La esposa de uno de ellos dijo al diario Yomiuri Shimbun que no había visto a su marido desde el día del terremoto, y que sólo había hablado brevemente con él en varias ocasiones.

"Es como una guerra", dijo. Cuando ella le preguntó si se había visto expuesto a la radiación, él respondió: "Un poco".

La falta de elogios efusivos o reconocimiento público en Japón puede deberse a las normas culturales que dan prioridad al grupo frente al individuo.

El profesor de sociología Takashi Miyajima, de la Universidad Hosei, cercana a Tokio, dijo que el elogio en Japón generalmente se reserva para el equipo al completo, y sólo cuando han tenido éxito al final.

Las reservas sobre el papel del operador de la planta TEPCO podrían ser también un factor.

"Entre la corriente mediática, hay una creciente sensación de hasta dónde es responsable TEPCO de este lío, y eso les está haciendo reacios a elogiar a nadie implicado en la limpieza", dijo Miyajima.

"Después de todo, estos trabajadores son principalmente de TEPCO o de afiliados de TEPCO", añadió.

Los medios extranjeros han recogido los comentarios de Twitter de las hijas de uno de los hombres, que dijeron que se había presentado voluntario pese a llevar seis meses jubilado.

"No puedo parar de llorar", dijo @NamicoAoto.

"En casa, no parece ser una persona que pueda manejar grandes tareas, pero hoy estoy realmente orgullosa de él. Y rezo para que vuelva sano y salvo"

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