Las acciones de una veintena de valores del mercado español cotizan por debajo de un euro. De hecho, por un solo euro, un inversor puede crear una cartera con acciones de Urbas, La Seda de Barcelona, Quabit, Aisa, Nyesa, Vértice, Natraceutical, por ejemplo. Y aún sobrarían unos céntimos.
En principio, es una opción de inversión tentadora. Otra cosa es que las acciones de estas empresas sean atractivas y que se pueda esperar revalorizaciones interesantes. O que convenga destinar una parte importante de los ahorros a estos valores. Y eso es lo que los analistas no tienen nada claro. En primer lugar, como dice Ignacio Cantos, de Atlas Capital, quizá muchas de estas compañías tienen merecido cotizar a un precio tan bajo; sus resultados son malos.
Juan Pedro Zamora, analista de XTB, resume:_«Este tipo de valores son conocidos como ‘chicharros’». Y apunta algunos de sus inconvenientes: «En general, tienen muy poca liquidez, por lo que recomendaría vigilar el volumen de negocio, la liquidez, la volatilidad y quiénes mueven el valor, es decir, cuáles son las entidades encargadas de cuidarlo antes de invertir». Porque, según advierte, son compañías susceptibles de sufrir manipulaciones, por no hablar del peligro de quedar atrapado en el valor, especialmente cuando Grecia está a punto de quebrar. Es posible que la Bolsa se desplome un 7% el día que suceda y el accionista de una de estas compañías quiera vender y no encuentre comprador.
De ahí que Zamora crea que este tipo de valores sólo son aptos para profesionales. O, en todo caso, para destinar, como mucho, un 5% o un 10% de la cartera, con el objetivo de impulsar su rentabilidad como hace, por ejemplo, Bestinver. Aunque las Bolsas recuperen su senda alcista, algo para lo que parece que todavía falta mucho. Porque, como apunta Ignacio Cantos, en un entorno complicado como éste, los inversores suelen buscar compañías con más liquidez que éstas tan pequeñas. Pero en los momentos de máxima euforia bursátil son las que más suben. Así, las mayores revalorizaciones en este tipo de valores tuvieron lugar entre 2006 y 2008.
¿Qué acciones comprar?
Pese a que podamos hablar de manera global de este conjunto de acciones unidas por la circunstancia de cotizar por debajo de un euro por acción, los analistas creen que hay algunas que sí pueden ser interesantes para invertir.
Ignacio Cantos apunta el caso de Deoleo, la antigua Sos. Pese a su problema de deuda, en el entorno de los 0,30 euros por acción, sí tiene potencial. Además, hubo compras por parte de algún miembro del consejo. Guillermo Escribano, de Metagestión, coincide en que su precio es atractivo, pero apunta otros riesgos además del de la deuda que puede provocar que al final Ebro se quede con alguno más de sus activos, como el de la caída del precio del aceite. Pero Zamora alerta de que como está controlada por los bancos, serán éstos los que controlen su evolución en Bolsa.
A Escribano también le gusta Natra, que tiene un negocio claro, concreto, que genera beneficios y en un sector, el del chocolate, que ha registrado varios movimientos corporativos en los últimos tiempos. «No vemos justificado el castigo que ha sufrido», afirma. También Juan Pedro Zamora considera que Natra es de lo mejor en este grupo de valores, junto a Natraceutical.
Entre las compañías favoritas de Zamora también se encuentra Tavex, por la calidad de su negocio. La empresa textil, además, ha visto cómo BPI mejoraba su consejo de mantener a comprar, debido al éxito de su nueva estrategia concentrada en la fabricación de tejido vaquero de calidad para las grandes marcas internacionales. Zamora añade que esta empresa lo ha hecho peor que otras del sector y debe reducir su diferencial de rentabilidad.
Con mucha más cautela
En algunas carteras de pequeños valores entran otras empresas de menos de un euro, como Dermoestética, GAM_o Ezentis. Aunque con ‘peros’. Respecto a Dermoestética, Cantos dice que puede seguir sufriendo porque es una compañía muy cíclica cuyos beneficios no se recuperarán hasta que no tire la economía con algo más de fuerza. Por eso, según dice, no invertiría ahora mismo. Además, recuerda que su capitalización es de sólo 17 millones de euros, de los que sólo 9 millones se negocian en Bolsa. Pero Escribano destaca como fortalezas, tanto su caja como el pago del dividendo. «No tiene riesgo en el balance, pero los resultados no mejoran. Ahora su negocio está bajo mínimos, pero no sufre pérdidas serias», explica. Pero María Cebollero, de Banco Sabadell, se muestra más prudente: «Dada la situación y la escasa liquidez del valor, nos mantendríamos fuera».
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